martes, 23 de febrero de 2010

Arranca segundo día de trabajos de Cumbre de la Unidad


Se espera que avancen los acuerdos para conformar un nuevo organismo que aglutine a todos los países de la región, sin incluir a EU y que por la tarde haya condiciones para firmar tales documentos.

Luego del desencuentro de la noche del lunes entre los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Alvaro Uribe, la segunda sesión plenaria de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe arrancó a las 8:45 horas de este martes.

Se espera que avancen los acuerdos para conformar un nuevo organismo que aglutine a todos los países de la región, sin incluir a Estados Unidos, y que por la tarde haya condiciones para firmar los documentos a pesar de las diferencias ventiladas por los dos presidentes sudamericanos.

Hasta el momento se ha hablado de pronunciamientos diversos que serían firmados por los mandatarios asistentes a la cumbre. Entre los documentos destaca un pronunciamiento acerca de Haití.

El presidente de México, Felipe Calderón, adelantó en su conferencia de prensa nocturna el lunes que los países acordaron en principio conformar un grupo de ayuda con 25 millones de dólares para la reconstrucción a largo plazo en Haití.

México haría una aportación complementaria, además de los 25 millones que se junten entre todos, así como de 50 mil casas de campaña.

También se espera que haya un pronunciamiento sobre las Islas Malvinas y otros acuerdos sobre distintos temas.

Aunque los organizadores habían anunciado el lunes por la tarde que los trabajos del martes se transmitirían en vivo a través de circuito cerrado hasta la sala de prensa en el hotel contiguo a la sede de los trabajos, hasta el momento no ha sido así.

Playa del Carmen, QRoo

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Crean Presidentes Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe


El presidente Felipe Calderón presentó los acuerdos logrados en la cumbre que se realiza en Cancún donde destaca el llamado a un diálogo permanente entre naciones que permita la paz internacional

El presidente Felipe Calderón presentó los acuerdos logrados en la Cumbre para la Unidad de Latinoamérica y el Caribe donde pidió a los 32 jefes de Estado presentes en la sesión, lograr un diálogo permanente que promueva la paz internacional.

Durante la segunda sesión plenaria de la cumbre, el mandatario federal exhortó a sus homólogos a fomentar los procesos de diálogo con otros estados y grupos de países regionales que permitan fortalecer la presencia de los países latinoamericanos y del Caribe a nivel internacional.

Entre los diferentes puntos acordados en el documento presentado por el mandatario mexicano, se promovió la implementación de mecanismos pacíficos para solucionar controversias entre las naciones.

Por aclamación, los presidentes de las naciones de la región aprobaron la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

En una declaración leída por el presidente de México, Felipe Calderón, los mandatarios reunidos en la Cumbre de la Unidad de América Latina y del Caribe acordaron la creación del nuevo mecanismo, que adoptará el patrimonio del Grupo de Río.

El nuevo mecanismo establece como principios el respeto a la democracia, las riquezas naturales, la sostenibilidad y la soberanía de todos los países, entre otros.

Cancún

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Calderón y Castro... cada quien agarró a su “gallo”

La presencia de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Raúl Castro, a la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe del Grupo de Río, a la que fueron invitados por el presidente mexicano Felipe Calderón, cerró la página de desencuentros vividos en los últimos años.

Contento desde su arribo la noche del domingo, cantando, Chávez ayer gritó: “¡Viva México!” ante Calderón, durante la salutación a los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a los trabajos de la Cumbre de Río.

Sonriente, lanzando besos a las cámaras, Chávez saludó efusivo a Calderón y a Margarita Zavala.

El último en llegar fue el presidente de Cuba, Raúl Castro.

Aunque los tres últimos presidentes mexicanos han tenido desencuentros con Cuba, la presencia del líder cubano en territorio mexicano aparace como un nuevo intento por retomar la relación bilateral.

Después de semanas de especulación acerca de la asistencia de Chávez y Castro a la cumbre, finalmente ambos estuvieron ahí para trabajar en conjunto con Felipe Calderón.

Ayer, los tres mandatarios no sólo intercambiaron saludos y posaron para las cámaras: los tres presidentes —en polos ideológicos opuestos— tratan, junto con los demás mandatarios de América Latina y el Caribe, de crear una organización americana en cuyas decisiones Estados Unidos no tenga injerencia.

Calderón y Chávez se reunieron 25 minutos en privado para hablar sobre detalles de la nueva organización, que será lanzada en México y nacerá formalmente en Venezuela.

Castro y Calderón incluso tuvieron que apagar un fuego: aseguran los asistentes a esta cumbre —totalmente cerrada a medios de comuniación— que llegó un momento durante el almuerzo en que los presidentes Chávez, de Venezuela, y Uribe, de Colombia, se trabaron en una dura confrontación.

Según asistentes, el choque estuvo a punto de reventar la cumbre. Chávez acusó a Uribe de tolerar grupos paramiliatres y delincuenciales que comprometen la seguridad de la región y de que el colombiano lo había mandado a matar. Cuando Chávez se levantaba para abandonar la cumbre Uribe dijo: “Sea varón, quédese aquí, porque a veces usted insulta en la distancia, pero cuando estamos cara a cara no hablamos”.

Fue entonces que intervinieron Castro y Calderón. Cada quien agarró a su “gallo” y la cumbre pudo continuar, luego de que se acordó integrar un grupo de países amigos de Colombia y Venezuela para resolver con diálogo los diferendos.

RIVIERA MAYA, QR.

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MENSAJE DEL PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA


Mensaje que ofreció el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, que tuvo lugar en el municipio de Solidaridad.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Gracias.

Buenas noches, amigas y amigos.

Simplemente quiero ponerlos al tanto de la evolución de la Cumbre de la Unidad.

Como ustedes saben, en el curso de la mañana abordamos ampliamente, en nuestra discusión, el tema de la construcción de la nueva institucionalidad. Lo que buscamos en esencia es crear un mecanismo que una y organice a todos los países integrantes de América Latina y el Caribe, sin excepción.

También se abordaron, en el curso de nuestras discusiones y conforme a lo programado, diversos temas que fueron abordados, en particular, por los Presidentes o Primeros Ministros integrantes de esta Cumbre.

El tema, por ejemplo, de preocupación argentina, que es la discusión sobre las Islas Malvinas; el agradecimiento del Presidente de Guatemala por el respaldo que él recibió en el seguimiento de un caso particular, vivido en el hermano país de Guatemala.

Los temas relativos de la Cumbre, como fueron también las discusiones sobre cambio climático y el desafío económico que presenta para todos los pueblos la crisis económica sufrida, fundamentalmente, el año pasado.

En el marco de la Cumbre de la Unidad, los países participantes estamos avanzando en las negociaciones y se prepara una declaración final, que todavía se discute y se negocia en el curso de esta tarde, y en la que contenga los acuerdos a los que se haya arribado.

Y puedo anticiparles que en todos los países, aún con diversos matices, hay la voluntad de arribar a un Acuerdo para la Unidad de América Latina y el Caribe, y estamos planteando los términos de la transición hacia ese nuevo mecanismo.

Uno de los temas que surgieron para poder concretar ese propósito es el de poder encontrar mecanismos de diálogo respetuoso, que permitan conducir los problemas que surgen entre los integrantes de América Latina y el Caribe.

Uno de ellos, por ejemplo, es, y que fue abordado por sus Presidentes, es la relación entre Venezuela y Colombia y, en aras de avanzar en la construcción de este Acuerdo de Unidad que nos lleve a la construcción de una Unión de Estados de América Latina y el Caribe, o una Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, o el nombre que se pueda aplicar a la misma, que también está en discusión.

Fue que concretamente estos países acordaron el conducir sus diferencias a través de un diálogo respetuoso, para lo cual se comprometieron a procurar construir las condiciones que lo hagan posible, con el apoyo de un grupo de países amigos de Venezuela y de Colombia, que le dé seguimiento a este proceso.

También hubo una muy, muy amplia discusión sobre el tema y el apoyo de Haití. Estuvimos con el Presidente Préval analizando por varias horas la mejor manera en que podíamos auxiliar a este hermano país después de la tragedia que ocurrió en la República de Haití.

En el curso de nuestras conversaciones, por cierto, se tuvo conocimiento de la ocurrencia de un nuevo temblor en la isla, si bien es cierto no de la misma intensidad y gravedad del que sacudió en el mes de enero a Haití, sí que llenó de preocupación y consternación a los que ahí estábamos.

Acordamos que además de los diversos mecanismos que se han discutido, tanto de las Naciones Unidas como en UNASUR, como desde luego, lo que ya en territorio haitiano se realiza por conducto de diversos brigadistas, rescatistas, médicos, especialistas, etcétera; también se acordó, ahí mismo, hacerle llegar una ayuda inmediata y de rápida disponibilidad y liquidez al Gobierno de Haití y, concretamente, al Gobierno del Presidente René García Préval.

Una ayuda que en el mismo momento de la mesa, se comprometió hacerle llegar directamente a su Gobierno de forma líquida, de 25 millones de dólares, insisto, adicionales, disponibles esta misma semana, adicionales a los mecanismos de apoyo y de crédito que se han venido negociando en diversas instancias.

Más un paquete crediticio de corto plazo, que se comprometieron a preparar, tanto el Banco Interamericano de Desarrollo, por conducto de su director, como la Caja Andina de Fomento, cuyo director también comprometió este apoyo.

Estos son los temas que puedo yo anticiparles de la Cumbre que se va desarrollando con mucha intensidad, desde luego, como suele ser entre los países latinoamericanos y del Caribe.

Y espero que el día de mañana podamos compartirles conclusiones precisas de estos temas.

Todos nos comprometimos a buscar solucionar nuestros problemas, nuestros desafíos, nuestras diferencias, por la vía del diálogo; evitar la realización de señalamientos o recriminaciones que pudieran, precisamente, no contribuir a que se generen estas nuevas condiciones de diálogo que queremos para resolver nuestros problemas.

Ese es un poco el curso de lo que llevamos hasta el día de hoy. Muchas gracias

Dos preguntas voy a tomar, perdón.

-PREGUNTA: (Inaudible)

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Se hizo una brevísima mención al tema de Honduras, pero no abundamos a un acuerdo específico, y creo que, porque tenemos diferencias, desde luego, al respecto, hay países que han reconocido al Gobierno del Presidente Lobo, otros aún no lo han hecho. Y, simplemente, yo debo destacar el ánimo de todos los integrantes de la Cumbre de anteponer nuestro objetivo fundamental al logro de la unidad, o de la unión, o de la comunidad de América Latina y del Caribe, por encima de temas que, precisamente, pudieran polarizarnos y apartarnos de ese propósito.

-PREGUNTA: Quería preguntar, si además del compromiso con Haití de enviar esa ayuda inmediata, los países han analizado, cuál sería la ayuda que América Latina y el Caribe pueden darle a Haití a largo plazo, si esto está dentro de las consideraciones.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Sí, sí, desde luego.

Sé que la UNASUR está haciendo un esfuerzo por conseguir, por ejemplo, 100 millones de dólares para ayudar a Haití. Yo puedo hablarle del caso de México. Desde el principio enviamos a un grupo de rescatistas, especialistas en terremotos, como el que sufrimos en 85.

Nos comprometimos a la llamada urgente de Naciones Unidas para dar ocho millones de dólares a nombre del pueblo de México. Hemos conseguido ya 16 mil toneladas, 16 mil toneladas de ayuda en víveres, alimentos, medicinas para el pueblo haitiano, casi más de un kilo y medio por cada haitiano y más de cinco kilos de ayuda por cada damnificado.

Y lo que estamos pensando, en relación a lo que usted pregunta, es en el largo plazo, y concretamente estamos juntando ayuda para poder contribuir al desarrollo de vivienda e infraestructura a largo plazo en Haití.

Algo que coincidimos con el Presidente Préval es que más que reconstruir Haití hay que repensar Haití. Hay que evitar repetir los mismos errores de desarrollo que se tuvieron al realizar una gran concentración urbana como fue Puerto Príncipe, y más bien buscar, en esta nueva etapa de repensar Haití, cómo desarrollar las regiones y lograr un desarrollo regional más justo y más equilibrado para el pueblo haitiano y participar en varios proyectos que permitan, desde luego, avanzar en lo más urgente.

Creo que fue muy claro el Presidente Préval. Lo más urgente ahora es conseguirle techo, ni siquiera una vivienda todavía, sino techo a más de un millón de haitianos que en este momento viven en la calle, duermen en la calle, sobre todo que nuevamente se han presentado lluvias en Haití, lluvias torrenciales que están complicando aún más la tarea.

En el caso de México nos comprometimos a tratar de conseguir, en tres semanas, 50 mil tiendas de campaña, aparte de dar cinco millones de dólares en el muy corto plazo para aliviar esta situación de la ayuda que habíamos comprometido.

-PREGUNTA: (Inaudible)

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Tuvimos reuniones muy amplias, muy intensas, muy participativas con Cuba, con Venezuela, con Colombia, con Brasil, con Argentina, con Chile, con Dominicana, el día de ayer con los países del CARICOM, en fin.

Ha sido una jornada muy intensa; además de lo que se realiza en el pleno, las reuniones bilaterales o de grupos han sido, yo pienso, muy intensas y también, debo decirlo, muy fructíferas.

Y más allá, insisto, de las legítimas diferencias que suele haber entre países como los nuestros, hay una voluntad notable de poder dejar a un lado esas diferencias y poder salir adelante.

Muchísimas gracias.

Riviera Maya, Q. Roo.

CENA A LOS JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO ASISTENTES A LA CUMBRE DE LA UNIDAD DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante la cena que ofreció en honor de los Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en esta ciudad.

Gracias.

Muy buenas noches

Muy estimadas, muy estimados Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe.

Muy estimados invitados especiales.

Señoras y señores:

Los mexicanos nos sentimos muy honrados de tener entre nosotros a los máximos representantes de los países latinoamericanos y caribeños, a las y a los Mandatarios de naciones con las que compartimos lazos históricos y culturales indestructibles.

Su presencia en este espléndido lugar del Caribe se inscribe en la larga tradición de amistad que han forjado nuestros pueblos a través de los siglos. La nuestra es una historia de fraternidad, es una historia de concordia y es una historia de compañerismo.

Existe entre nosotros, entre nuestros pueblos, entre nuestra gente, una fuerte identidad que no reconoce fronteras ni distancias; una identidad que se nutre del entendimiento y del diálogo.

Los nacidos en estas nobles tierras tenemos sentido de unidad y de pertenencia.

Más de 560 millones de latinoamericanos y caribeños trabajamos día con día para alcanzar el sueño de una comunidad de naciones libres, democráticas, integradas, prósperas y justas.

Desde el Río Bravo hasta la Patagonia todos los días luchamos para alcanzar un destino a la altura de nuestras aspiraciones y de nuestra dignidad. Esa es también la razón de ser de esta Cumbre de la Unidad.

El trabajo y el legado de grandes estadistas de nuestro Continente son prueba fehaciente de ese compromiso con las mejores causas y los más altos ideales que enarbolamos los latinoamericanos.

Hoy, esta mañana, hice un reconocimiento a uno de ellos, al Presidente del Uruguay, y hoy, esta noche, quiero hacerlo a dos más: a la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y al Presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

A la Presidenta Michelle Bachelet, le reconocemos su férreo compromiso con la igualdad, con la democracia, con el ideal democrático. Su enorme capacidad para combinar políticas económicas responsables, con un profundo de justicia y de compromiso social, y de llevar al pueblo chileno a niveles de bienestar, que muchos pueblos en América Latina y el Caribe deseamos.

Estimada Michelle. Te deseamos todos la mejor de las suertes en esta reincorporación a tu vida de ciudadana, de mujer, de chilena que siempre has tenido, y sabes que cuentas con el afecto, la admiración y el reconocimiento de todos los latinoamericanos y caribeños.

Y si me permites, yo quisiera entregarte a nombre, desde luego de los Jefes de Estado y del pueblo de México este reconocimiento, que le doy lectura.

Las y los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos en la Cumbre de la Unidad, expresan su reconocimiento a la Excelentísima señora Michelle Bachelet, por su destacada contribución a los esfuerzos a favor del diálogo, la concertación, la integración, la cooperación y el desarrollo de nuestra región. Riviera Maya, México, 22 de febrero de 2010.

Al Presidente Óscar Arias, por su parte, lo distinguen su incansable lucha por la paz y la reconciliación en nuestra región; su indeclinable compromiso con el cuidado del medio ambiente.

Algo más que a mí me admira es su bellísima prosa y su enorme capacidad de compartir y de comunicar sentimientos, ideales y valores a los que aspiramos o que nos son comunes.

Presidente Arias, gracias por su esfuerzo en favor de Centroamérica y de América Latina toda. Gracias por haber contribuido con su liderazgo en esta etapa tan importante para nuestros pueblos y le deseamos también lo mejor ahora que culmina esta etapa tan importante en la Presidencia de Costa Rica.

Si me permite, Presidente, también quiero entregarle a usted, a nombre de todos, este reconocimiento, que dice: Las y los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos en la Cumbre de la Unidad, expresan su reconocimiento al Excelentísimo señor Óscar Arias Sánchez, por su destacada contribución a los esfuerzos en favor del diálogo, la concertación, la integración, la cooperación y el desarrollo de nuestra región. Riviera Maya, México, 22 de febrero de 2010.

En nombre de esta comunidad latinoamericana y caribeña, yo les agradezco a ustedes dos, aquí presentes, a Tabaré también, el haber sido actores fundamentales en la construcción de una región unida por las oportunidades de bienestar y de progreso. Porque han dejado una huella indeleble en el devenir de la región, porque su ejemplo nos muestra con claridad que sí es posible tomar las riendas de nuestro propio destino y sí es posible avanzar en la transformación integral de nuestra región; sí es posible lograr la integración plena que han soñado nuestros pueblos desde que conquistaron su independencia.

El Libertador de América señaló que para completar la obra de nuestra regeneración es, ciertamente, la unión lo que nos falta.

La Cumbre de la Unidad que hoy nos reúne, en este cálido rincón del Caribe mexicano, constituye una oportunidad sin igual para constituir un organismo único de representación, que nos proyecte con renovada vitalidad en el escenario internacional.

Hagamos de este aún naciente Siglo XXI el tiempo de América Latina y el Caribe, construyamos un espacio político, común y plural, que promueva y esté al frente, en la defensa de los intereses que nos son comunes; un espacio que abra para nuestras naciones la avenida de un futuro distinto y mejor.

En esta hora fecunda, América Latina y el Caribe, están llamados a alcanzar el sueño de unidad e integración que trazaron los próceres que nos dieron Patria, y nos dieron libertad.

En un nuevo orden mundial, en donde las naciones se agrupan en bloques y comunidades regionales, en donde las naciones aprovechan sus complementariedades económicas y sociales para bien de las partes, nosotros ni podemos, ni debemos quedar atrás. Unidos seremos mucho más fuertes, unidos habremos de llegar a tiempo a nuestra cita con un destino mejor.

Señoras y señores:

Otro latinoamericano de corazón, nuestro Carlos Pellicer, hablaba con gran optimismo del porvenir de la región y lo hacía con estas palabras:

Un día, cercano está, hará de la esperanza una alegría. Y añadía. El sentimiento fundará la democracia nueva de la América Latina.

La esperanza es el aliento vital de toda civilización; cerremos filas en torno a una nueva América Latina y a un nuevo Caribe unidos. Y nuevos, precisamente en eso, en que estamos unidos.

Emprendamos juntos esta tarea, que está a la altura de la grandeza a la que aspiramos, de la solidaridad y la fraternidad que tanto necesitan nuestros pueblos de América Latina y el Caribe.

Hagamos de este sublime rincón de la Riviera Maya, el sitio en que nuestros pueblos se abrazaron para confirmar su compromiso de fraternidad y de progreso.

Con el espíritu en alto, animado por la profundidad de nuestras raíces milenarias y por el luminoso porvenir de nuestras tierras, yo los invito a que brindemos por la paz, por la armonía, por el desarrollo y por la unidad de nuestros pueblos.

Muchas gracias.

Riviera Maya, Q. Roo.

lunes, 22 de febrero de 2010

RIVIERA MAYA, Q. Roo., 22 de febrero de 2010.


Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante la Ceremonia de Inauguración de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en este municipio.
Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno. Distinguidas Primeras Damas. Distinguidos titulares de organismos internacionales. Ciudadano Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ciudadano Presidente de la Cámara de Senadores. Ciudadano Presidente de la Cámara de Diputados. Apreciadas y apreciados invitados especiales.
Señores Gobernadores. Señoras y señores:
Es un gran honor para México el recibir aquí, en Quintana Roo, a los Jefes de Estado y de Gobierno que participan en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe. Muy especialmente quiero agradecer la presencia de Su Excelencia el Presidente René Préval, Presidente de Haití, quien a pesar de las enormes tribulaciones que está sufriendo ese pueblo hermano, honra con su presencia esta Cumbre.
En nombre de todos los participantes de este encuentro quiero asegurarle a usted, Excelentísimo Presidente Préval, que la causa del pueblo de Haití es la causa de todos los países de la región. Los haitianos no están solos en estos momentos difíciles. Usted sabe que cuentan y seguirán contando con el apoyo, la solidaridad y el compromiso de las naciones latinoamericanas y caribeñas. Somos una familia y, como tal, estamos juntos en los buenos y en los malos tiempos.
Celebro que estemos aquí reunidos 25 Jefes de Estado o de Gobierno de 32 naciones presentes, que se reconocen como hermanas, que se saben libres y soberanas, y que se tratan siempre con respeto y amistad.
Nuestros pueblos están unidos en la geografía y en su origen. Nos unen nuestras raíces indígenas, africanas y europeas. Nos hermanan nuestras tradiciones, nuestras lenguas, los valores de nuestra gente, los problemas y los desafíos que juntos enfrentamos; nos hermanan nuestras aspiraciones comunes de libertad, de justicia y de igualdad. Este vasto Continente que habitamos recibió en su tiempo el nombre de Nuevo Mundo. Yo estoy convencido, amigas y amigos de que en muchos sentidos éste sigue siendo el Nuevo Mundo.
Aquí han fincado los proyectos de sociedades más libres, más igualitarias y más felices, millones y millones de personas.
En nuestro territorio, al lado de la barbarie y del atropello, también tomaron cuerpo las ideas humanistas de Vasco de Quiroga y Bartolomé de las Casas o de los Jesuitas en tierras guaraníes, que crearon modelos de sociedades más humanas concordes con un Nuevo Mundo.
Hace 200 años las ideas de libertad, de justicia e igualdad encendieron los corazones de todos los americanos para luchar con valentía por su independencia, para hacer realidad la utopía de sociedades justas en el Nuevo Mundo.
Toussaint-Louverture encabezó en Haití la dignidad de todo un pueblo al luchar por su libertad. Hidalgo y Morelos desafiaron al imperio español con la fuerza de sus ideales para abolir la esclavitud y crear una sociedad más justa e igualitaria.
Hidalgo encendió la llama de la libertad en estas tierras y José María Morelos la continuó con su obra política y militar. En los Sentimientos de la Nación, el gran Morelos expresó con fuerza su anhelo libertario, su hermandad para todos los pueblos del Continente y escribió que: La América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancione dando al mundo las razones.
Era tal el aprecio de Morelos a la realidad americana que la primera Constitución del continente, la Constitución de Apatzingán, al Inicio de la Independencia de México, llevó, precisamente, el nombre de Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana.
Simón Bolívar y José de San Martín, grandes visionarios, estadistas, grandes americanos, libertadores de naciones, emprendieron verdaderas epopeyas para independizar a América, y esta idea de independencia fue acompañada con la idea de la unidad.
Una y otra vez, Bolívar luchó hasta ver hecho realidad sus sueños de un América libre; luchó al lado de Antonio José de Sucre, en Venezuela, en Colombia, en Perú, en Ecuador, en Bolivia; en la selva, en la montaña, en los llanos, para sembrar ahí la semilla de la libertad en todos los americanos.
Y San Martín y Bernardo O'Higgins lucharon con valentía en las regiones más australes del Continente para lograr la Independencia del Imperio Español.
En el momento mismo que nacíamos como naciones independientes, nacía también la idea de una América unida.
En Guayaquil, se reunieron Bolívar y San Martín para sumar sus causas y para procurar un futuro unido para toda América.
La democracia prosperará en el suelo virgen de América, decía Bolívar, dejemos que se constituya una República y crecerá la dignidad de los hombres.
Ese fue el sueño de Bolívar, el de una sola Nación americana, unida en sus valores de democracia, de justicia y de igualdad; una sola Nación en la que florecieran los más altos ideales del hombre; y una sola Nación fuerte y unida que pudiese enfrentar y vencer todas las adversidades.
La idea de la unidad latinoamericana es consustancial, entonces, de nuestros procesos de Independencia, cuyo segundo centenario ahora celebramos.
En su Carta de Jamaica, Bolívar predicaba la unidad de los países latinoamericanos unidos, decía, por un solo y gran vínculo, por un solo Gobierno, y el Libertador concluía su postulado diciendo: Tan sólo seamos fuertes, estaremos unidos bajo una Nación liberal que nos deparará su protección y bajo cuyos auspicios cultivaremos las virtudes y talentos que conducen a la gloria.
Desde el sueño de nuestros libertadores, esa ha sido la alta aspiración de los americanos que somos.
Vivir la democracia, vivir la libertad, vivir la igualdad y vivirla unidos, como un mismo pueblo; un mismo pueblo latinoamericano, un mismo pueblo caribeño, un mismo pueblo que comparte geografía y cultura, un mismo pueblo orgulloso de sus raíces y orgulloso de mantener el ideal de regeneración del ser humano, sustentado en los más altos valores e ideales de la humanidad.
Y desde entonces hemos venido creciendo como países. Cuando padecimos invasiones extranjeras en el Siglo XIX, la causa de México fue la causa de toda América Latina y el Caribe.
Benito Juárez, el Benemérito de las Américas, nombrado así por pueblos hermanos, lo fue porque contuvo la expansión europea y monárquica en nuestras tierras.
Los países centroamericanos se unieron para acabar con Walker, el filibustero que había tramado hacer tierras esclavistas en toda América Central.
Cuando hemos estado unidos, entre nosotros frente a otras naciones y frente a muchas adversidades, hemos podido salir adelante. En cambio, cuando nos dividimos, cuando entramos en nuestras frecuentes confrontaciones, perdemos todos y nos rezagamos frente a otras naciones y regiones del mundo.
En México estamos convencidos de que el ideal de Bolívar, de una América unida, sigue vigente y es más vigente que nunca. Como lo señaló el Libertador: Unidos somos más fuertes, unidos somos más libres, unidos somos más democráticos.
Por eso, en esta Cumbre de la Unidad, nuestra aspiración es que el ideal de la unidad nos guíe para impulsar la integración de América Latina y el Caribe; que nos guíe en la noble tarea de unir propósitos y unir acciones.
Esta Cumbre, con la participación de todos los Estados de la región en términos de igualdad, y bajo una sola agenda, representa en sí misma un importante avance en el proceso de integración.
El mejor tributo que podemos rendir a los libertadores y fundadores de nuestras patrias es imaginar y concretar una nueva institucionalidad que nos fortalezca como región y que nos ayude a proyectarnos con renovada vitalidad en el escenario internacional.
Esta Cumbre de la Unidad constituye un foro idóneo para ese gran propósito. Con esta reunión regional, México también culmina su periodo bienal al frente de la Secretaría Pro Témpore del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política, conocido como Grupo de Río.
Cumple, asimismo, con el compromiso asumido en Salvador de Bahía, en Brasil, de organizar la Segunda Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo.
En México estamos convencidos de que la integración de América Latina y el Caribe exige unidad de propósitos y unidad de acción. El propósito de México fue ampliar su encomienda al frente de Grupo de Río, con apego a los principios y los valores que lo han guiado desde su creación, buscó ejercerla como un factor de unión, de diálogo, de entendimiento y de integración.
En este periodo, además, se lograron históricas incorporaciones al Grupo, como es el caso de Cuba, de Suriname y Jamaica, como miembros de pleno derecho.
A 23 años de su creación vale recordar que el Grupo de Río surgió como la respuesta de nuestros países para fortalecer los procesos de paz, consolidar nuestras democracias, afianzar la seguridad regional e impulsar la cooperación para el desarrollo.
Ha sido y es la mayor apuesta que latinoamericanos y caribeños hemos hecho por futuro de bienestar y progreso compartidos.
El Grupo de Río también mantiene el ideal de unidad, de democracia y libertad que inspiró a los fundadores de América.
El nacimiento de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, la CALC, por su parte, estuvo también signado por la aspiración de fortalecer y acelerar los procesos de integración regional.
La integración de nuestros pueblos en nuestra región, la integración de nuestras economías y de nuestros esfuerzos es el medio más poderoso para alcanzar mayores niveles de crecimiento y desarrollo; lo es también para garantizar la participación efectiva y unida de la región en la economía y en las decisiones mundiales.
Si la aspiración dos veces centenaria de América Latina y del Caribe de ser una América unida tenía validez, lo es más ahora en el mundo global en el que vivimos.
Muchas naciones en el mundo han podido avanzar a la prosperidad de sus pueblos, merced a que han sido capaces de ponerse de acuerdo en lo esencial y avanzar hacia una mayor integración.
América Latina y el Caribe no podemos permanecer desunidos, no podemos abordar el futuro con éxito sobre la base de nuestras diferencias.
Ahora toca a nosotros unirnos y unirnos sin demérito de aquello en lo que somos diferentes, unirnos sin demérito en aquello sobre lo que pensamos distinto; pero unirnos, sí, sobre la base de nuestras anchas coincidencias que son mucho mayores que nuestras divergencias.
Es ahora cuando debemos avanzar. Tenemos dos mecanismos poderosos y podemos convertirlos en uno que lo sea aún más, y que transforme la tradicional separación entre nuestros pueblos para convertirla en una sola voz que se alce por América Latina y el Caribe, la región, en que por fortuna, nos tocó nacer y vivir.
Y si el Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe son fuertes, lo será aún más lo que provenga de la unidad de todos; trátese de una unión, de una comunidad, de una organización en América Latina y el Caribe, que en esta histórica Cumbre comenzaremos a discutir.
Como nunca antes, debemos, entonces, fortalecer nuestro diálogo político, seguros de que en el diálogo podemos alcanzar la comprensión y también la unidad en la pluralidad; un diálogo para perfeccionar los esquemas de concertación y de cooperación para el desarrollo de nuestra región.
En diversos foros se han venido construyendo consensos para avanzar hacia un solo mecanismo de integración regional. Creo firmemente que tenemos la historia, los valores, el talento, la capacidad y la voluntad política para hacerlo realidad. Señoras y señoras.
Jefes de Estado y de Gobierno:
Decía el gran poeta Pablo Neruda, chileno, pero también nuestro, de todos, que nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza, pero no hay lucha ni esperanza solitarias.
Estoy convencido de que trabajando unidos, los países de América Latina y el Caribe podremos impulsar un crecimiento económico que nos ayude a revertir la pobreza, el rezago social y la desigualdad, porque sólo así lograremos un desarrollo humano sustentable, con igualdad de oportunidades para todos los habitantes de la región.
Es hora de concretar la unidad de latinoamericanos y caribeños, es el momento de traducir en algo concreto lo que es la vocación natural de nuestros pueblos y aspiración natural desde el origen mismo de nuestras naciones independientes.
Fue Octavio Paz quien escribió que América no es tanto una tradición que continuar como un futuro que realizar.
Creo sinceramente que nuestro reto, el reto que afronta la región no es un asunto de izquierda o de derecha, no es una cuestión de ideologías o de doctrinas, sino más bien, una disyuntiva entre pasado y futuro; un futuro donde puedan florecer los valores en los que creemos, de democracia, para la justicia, en la libertad.
Hoy tenemos la oportunidad inédita de construir un espacio común que agrupe a todos los países de América Latina y el Caribe. Un espacio que reafirme la unidad, la identidad de nuestra región y que abra nuevas vías a nuestras aspiraciones de integración para el desarrollo. Un espacio que consolide y profundice nuestros procesos democráticos y que amplíe las libertades de todos.
Demos hoy el primer paso para crear un mecanismo único para todos los países latinoamericanos y caribeños. Convirtamos en proyecto común los sueños de integración que unen e identifican a nuestros pueblos.
Hagamos de este encuentro el punto de partida hacia un futuro distinto y mejor para nuestras sociedades, y en nuestra Unión de Estados de América Latina y El Caribe construyamos el futuro común que necesitan nuestros pueblos.
Nuevamente bienvenidas y bienvenidos a todos.
Y si me permiten, quiero pedirles que me acompañen para hacer una declaratoria solemne de Inauguración de este encuentro:
Con la certeza de que seguiremos construyendo una Unidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas para el desarrollo, la libertad, la justicia y la democracia de nuestros pueblos, hoy, 22 de febrero de 2010, a las 10:20 horas, me es grato declarar formalmente inaugurados los trabajos de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, deseando el mayor de los éxitos para todos nosotros.
Muchas gracias.

Inaugura Calderón Cumbre México-Caricom


El presidente Felipe Calderón inauguró la reunión Cumbre México-Comunidad del Caribe (Caricom) con un llamado a la integración y a fortalecer vínculos.


Ante jefes de Estado y de Gobierno de la región, el mandatario delineó los cinco temas principales, entre los cuales pidió apoyar a Haití "con todas nuestras fuerzas", luego de que el pasado 12 de enero esa nación fuera afectada seriamente por un terremoto.

En la sesión inaugural, estimó que se puede dar apoyo a cinco temas; en primer lugar, el apoyo al pueblo hermano de Haití, y aquí agradeció la presencia del presidente Préval, quien asiste a esta reunión de México-Caricom, y posteriormente el auxilio brindado por América Latina y El Caribe.

Hizo ver que ante la situación de emergencia que vive ese país caribeño, es fundamental trabajar unidos para lograr su pronta recuperación, por lo que cada quien en la medida de sus posibilidades y capacidades ha sabido acudir al llamado de socorro.Mencionó que un segundo tema es el fortalecimiento de la relación económica para incrementar los intercambios comerciales y de inversión, a fin de consolidar un desarrollo sostenido.

El presidente de México ubicó en tercer lugar la protección y el fomento al turismo, e hizo ver que la región tiene un alto potencial turístico, puesto que esta actividad constituye una de las principales que generan empleo y actividad económica en la región."Nos distingue, entre otras muchas cosas, la riqueza de nuestra naturaleza y la riqueza de nuestra cultura, y por ello estoy convencido de que debemos hacer del turismo un eje de crecimiento económico común; con él fomentaremos inversiones y se podrán generar empleos y mayores niveles de bienestar para nuestros pueblos", indicó.

En cuarto lugar, aseguró que la lucha por la seguridad es trasnacional, por lo que se debe dar también una respuesta regional, fuerte, coordinada, organizada, precisamente para enfrentar a las organizaciones criminales y eliminar espacios de impunidad que afectan a los pueblos.

El presidente Calderón Hinojosa ubicó en quinto lugar la lucha en contra del cambio climático, pues "lo cierto es que el calentamiento global que afecta a todo el mundo, afecta directamente al Caribe, probablemente más que a muchas otras regiones del mundo", acotó. (Con información de Notimex/JOT)

Playa del Carmen, QRoo

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