martes, 23 de febrero de 2010

CENA A LOS JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO ASISTENTES A LA CUMBRE DE LA UNIDAD DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, durante la cena que ofreció en honor de los Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en esta ciudad.

Gracias.

Muy buenas noches

Muy estimadas, muy estimados Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe.

Muy estimados invitados especiales.

Señoras y señores:

Los mexicanos nos sentimos muy honrados de tener entre nosotros a los máximos representantes de los países latinoamericanos y caribeños, a las y a los Mandatarios de naciones con las que compartimos lazos históricos y culturales indestructibles.

Su presencia en este espléndido lugar del Caribe se inscribe en la larga tradición de amistad que han forjado nuestros pueblos a través de los siglos. La nuestra es una historia de fraternidad, es una historia de concordia y es una historia de compañerismo.

Existe entre nosotros, entre nuestros pueblos, entre nuestra gente, una fuerte identidad que no reconoce fronteras ni distancias; una identidad que se nutre del entendimiento y del diálogo.

Los nacidos en estas nobles tierras tenemos sentido de unidad y de pertenencia.

Más de 560 millones de latinoamericanos y caribeños trabajamos día con día para alcanzar el sueño de una comunidad de naciones libres, democráticas, integradas, prósperas y justas.

Desde el Río Bravo hasta la Patagonia todos los días luchamos para alcanzar un destino a la altura de nuestras aspiraciones y de nuestra dignidad. Esa es también la razón de ser de esta Cumbre de la Unidad.

El trabajo y el legado de grandes estadistas de nuestro Continente son prueba fehaciente de ese compromiso con las mejores causas y los más altos ideales que enarbolamos los latinoamericanos.

Hoy, esta mañana, hice un reconocimiento a uno de ellos, al Presidente del Uruguay, y hoy, esta noche, quiero hacerlo a dos más: a la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y al Presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

A la Presidenta Michelle Bachelet, le reconocemos su férreo compromiso con la igualdad, con la democracia, con el ideal democrático. Su enorme capacidad para combinar políticas económicas responsables, con un profundo de justicia y de compromiso social, y de llevar al pueblo chileno a niveles de bienestar, que muchos pueblos en América Latina y el Caribe deseamos.

Estimada Michelle. Te deseamos todos la mejor de las suertes en esta reincorporación a tu vida de ciudadana, de mujer, de chilena que siempre has tenido, y sabes que cuentas con el afecto, la admiración y el reconocimiento de todos los latinoamericanos y caribeños.

Y si me permites, yo quisiera entregarte a nombre, desde luego de los Jefes de Estado y del pueblo de México este reconocimiento, que le doy lectura.

Las y los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos en la Cumbre de la Unidad, expresan su reconocimiento a la Excelentísima señora Michelle Bachelet, por su destacada contribución a los esfuerzos a favor del diálogo, la concertación, la integración, la cooperación y el desarrollo de nuestra región. Riviera Maya, México, 22 de febrero de 2010.

Al Presidente Óscar Arias, por su parte, lo distinguen su incansable lucha por la paz y la reconciliación en nuestra región; su indeclinable compromiso con el cuidado del medio ambiente.

Algo más que a mí me admira es su bellísima prosa y su enorme capacidad de compartir y de comunicar sentimientos, ideales y valores a los que aspiramos o que nos son comunes.

Presidente Arias, gracias por su esfuerzo en favor de Centroamérica y de América Latina toda. Gracias por haber contribuido con su liderazgo en esta etapa tan importante para nuestros pueblos y le deseamos también lo mejor ahora que culmina esta etapa tan importante en la Presidencia de Costa Rica.

Si me permite, Presidente, también quiero entregarle a usted, a nombre de todos, este reconocimiento, que dice: Las y los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos en la Cumbre de la Unidad, expresan su reconocimiento al Excelentísimo señor Óscar Arias Sánchez, por su destacada contribución a los esfuerzos en favor del diálogo, la concertación, la integración, la cooperación y el desarrollo de nuestra región. Riviera Maya, México, 22 de febrero de 2010.

En nombre de esta comunidad latinoamericana y caribeña, yo les agradezco a ustedes dos, aquí presentes, a Tabaré también, el haber sido actores fundamentales en la construcción de una región unida por las oportunidades de bienestar y de progreso. Porque han dejado una huella indeleble en el devenir de la región, porque su ejemplo nos muestra con claridad que sí es posible tomar las riendas de nuestro propio destino y sí es posible avanzar en la transformación integral de nuestra región; sí es posible lograr la integración plena que han soñado nuestros pueblos desde que conquistaron su independencia.

El Libertador de América señaló que para completar la obra de nuestra regeneración es, ciertamente, la unión lo que nos falta.

La Cumbre de la Unidad que hoy nos reúne, en este cálido rincón del Caribe mexicano, constituye una oportunidad sin igual para constituir un organismo único de representación, que nos proyecte con renovada vitalidad en el escenario internacional.

Hagamos de este aún naciente Siglo XXI el tiempo de América Latina y el Caribe, construyamos un espacio político, común y plural, que promueva y esté al frente, en la defensa de los intereses que nos son comunes; un espacio que abra para nuestras naciones la avenida de un futuro distinto y mejor.

En esta hora fecunda, América Latina y el Caribe, están llamados a alcanzar el sueño de unidad e integración que trazaron los próceres que nos dieron Patria, y nos dieron libertad.

En un nuevo orden mundial, en donde las naciones se agrupan en bloques y comunidades regionales, en donde las naciones aprovechan sus complementariedades económicas y sociales para bien de las partes, nosotros ni podemos, ni debemos quedar atrás. Unidos seremos mucho más fuertes, unidos habremos de llegar a tiempo a nuestra cita con un destino mejor.

Señoras y señores:

Otro latinoamericano de corazón, nuestro Carlos Pellicer, hablaba con gran optimismo del porvenir de la región y lo hacía con estas palabras:

Un día, cercano está, hará de la esperanza una alegría. Y añadía. El sentimiento fundará la democracia nueva de la América Latina.

La esperanza es el aliento vital de toda civilización; cerremos filas en torno a una nueva América Latina y a un nuevo Caribe unidos. Y nuevos, precisamente en eso, en que estamos unidos.

Emprendamos juntos esta tarea, que está a la altura de la grandeza a la que aspiramos, de la solidaridad y la fraternidad que tanto necesitan nuestros pueblos de América Latina y el Caribe.

Hagamos de este sublime rincón de la Riviera Maya, el sitio en que nuestros pueblos se abrazaron para confirmar su compromiso de fraternidad y de progreso.

Con el espíritu en alto, animado por la profundidad de nuestras raíces milenarias y por el luminoso porvenir de nuestras tierras, yo los invito a que brindemos por la paz, por la armonía, por el desarrollo y por la unidad de nuestros pueblos.

Muchas gracias.

Riviera Maya, Q. Roo.