jueves, 11 de febrero de 2010

Calderón llama a la unidad en la fiesta del Hospicio


Encomió la obra benefactora y al obispo que fundó el albergue en 1810.

El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, hizo un llamado a los mexicanos a superar diferencias en nombre de la patria. El marco de su invitación fue la cena del bicentenario del Hospicio Cabañas, que se celebró anoche en Guadalajara.

“Debe ser el año de la patria por muchas cosas, pero una de las que deben ser fundamentales es que nos reconozcamos como mexicanas y mexicanos. Más allá de nuestras discrepancias legítimas, más allá de nuestras diferencias de opinión, partido, de religión, hay coincidencias medulares que, como patria, estamos obligados a tener y a expresar”, dijo ante 460 invitados, entre los que prevalecían los benefactores del albergue.

El mandatario federal centró la mayor parte de su discurso en elogiar a los benefactores del hospicio, hoy Hogar Cabañas, y a quienes mantienen el inmueble que fue su sede durante 170 años, edificio que —resaltó— es Patrimonio Cultural de la Humanidad y símbolo de identidad para Guadalajara y México. Luego habló de la hermandad de los mexicanos.

“Podemos entender, como seres humanos, que tenemos acuerdos y errores… pero más allá de las legítimas diferencias y los legítimos intereses de cada quien, debe haber un interés nacional que nos debe hermanar, principalmente en este año, que conmemoramos 200 años de ser mexicanos y cien años de la Independencia de México”, sostuvo.

El presidente Calderón compartió el pan y la sal con el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez y las primeras damas del país, Margarita Zavala, y de Jalisco, Imelda Guzmán de León, así como miembros del patronato del Hogar Cabañas y la directora general de este albergue, María Amparo González Luna Morfín, y el secretario de Desarrollo Humano, Martín Hernández Balderas.

En el acto, el gobernador Emilio González Márquez también encomió al Hospicio Cabañas y a su fundador, el obispo Juan Ruiz de Cabañas y Crespo. “Su obra ha trascendido porque la sostiene la gente de Guadalajara, la gente de Jalisco, los benefactores que se han visto contagiados del espíritu de Cabañas”, dijo, y festejó al personaje visionario y generoso que, al fundar la que en 1810 fue Casa de la Misericordia, “se preocupó no sólo por construir un edificio hermoso que trascendiera a su tiempo”.

Subrayó que lo más importante de su obra fue la labor por los miles de niñas y niños desamparados de Jalisco que han pasado por el albergue; en representación de éstos, el coro y la orquesta del Hogar Cabañas interpretaron el Himno Nacional, el Himno a la Alegría y el Himno del Hogar Cabañas, que se llama Padre Cabañas.



Grupos de quejosos protestaron. Fotos: Tonatiuh Figueroa Parque Rojo, verde olivo

La visita del Presidente produjo ayer un radical cambio de aspecto para el Centro de Guadalajara y otros puntos de la ciudad. Durante el día, fue notorio el despliegue de camiones de militares, patrullas de policía y agentes de Vialidad en cada esquina de avenidas como Vallarta y la calle López Cotilla. Por la noche, alrededor de las 20:30 horas, el panorama cambió: la gente que caminaba por el Centro era poca y el parque Revolución había cambiado de inquilinos: sin punks ni “patinetos”, unos diez soldados resguardaban el lugar como si fuera un campo de entrenamiento.

Los árboles del parque disfrazaban a los uniformados, quienes, entre las sombras nocturnas, observaban a los paseantes. Entre los escasos comentarios provocados por el morbo, se escuchó: “Pues llegaron como a las 3:30 de la tarde. Hay personas que comentan que llegó el Presidente y yo creo que lo están cuidando”. Pero también hubo bromas de quienes presumían: “Mira a los soldados, es que me andan cuidando”. Por una noche, “el Rojo” no fue lo que suele ser.
Guadalajara, Jal.
http://elpuntocritico.com